Nicolás Maquiavelo (Nicolo Machiavelli) nació en Florencia el 3º de mayo de 1469 y falleció en la misma ciudad el 22 de junio de 1527.
Su obra cumbre fue “El Príncipe” (Il Principe; escrito en 1513 y publicado dieciocho años después), de tal impacto que mereció un contrapunto a través del “Anti Machiavel” obra escrita por Federico “el Grande” con un prefacio de Voltaire.
En tiempos actuales, donde a nuestra sociedad le ha tocado la mala fortuna de enfrentar una pandemia mundial, he repasado “Il Principe” buscando los consejos del autor para los gobernantes en tiempos como los que nos toca vivir.
El capítulo XXV es dedicado justamente a estas épocas de circunstancias negativas para la humanidad y de cómo deben actuar los gobernantes.
“No ignoro que han creído muchos, y piensan todavía, que las cosas de este mundo se gobiernan de tal modo por la providencia o por la fortuna, que ningún poder tiene la prudencia humana contra los acontecimientos; y es por lo mismo inútil tomarse cuidado por lo que ha de suceder en ciertas ocasiones o tratar de evitarlo o impedirlo.
Las revoluciones de que hemos sido y somos todavía testigos, son muy propias para acreditar una opinión semejante, de la cual aún a mí mismo me cuesta muchas veces trabajo defenderme, considerando cuanto estos sucesos han pasado más allá de lo que podíamos conjeturar.
Sin embargo, como tenemos un libre albedrío, yo pienso, y es necesario reconocer, que la fortuna no gobierna el mundo en tales términos, que no le quede a la prudencia humana una gran parte de influjo en todos los sucesos que vemos.
Yo compararía el poder ciego de la fortuna con un río violento, que cuando sale de madre, inunda los campos, arranca de cuajo los árboles, derriba y se lleva los edificios, transporta las tierras de un lugar a otro, y nadie se atreve ni puede oponerse a su furor; todo lo cual no impide que, luego que vuelve a sujetarse dentro de sus márgenes, se construyan diques y calzadas para precaver nuevas inundaciones y estragos. Lo mismo sucede ciertamente con la fortuna, que ejerce su poder, si no se le opone alguna barrera.
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De todo esto es preciso concluir que aquellos que no saben mudar de método cuando los tiempos lo requieren, prosperan sin duda mientras van de acuerdo con la fortuna; pero se pierden luego que esta se muda, no sabiendo seguirla en sus frecuentes variaciones.” (Maquiavelo, Nicolás “El Príncipe”; Biblioteca de los Grandes Pensadores; EDAF SA, Coleccionables SA, Barcelona, España, 2004, páginas 162, 163, 166)
En el contexto histórico y socio político en que la obra fue concebida surge un mensaje claro para aquellos a los que toca gobernar en tiempos de mala fortuna, y es que deben adecuar sus métodos, conductas y decisiones a la situación real, para brindar las respuestas que la sociedad espera y necesita en tiempos de emergencia generalizada, con profunda convicción y máximo empeño y que no todo depende de la buena o mala fortuna, sino que gran parte del destino de lo que ha de suceder se encuentra en el ámbito de la voluntad y decisión humana, en particular de aquellos que detentan la representación de la sociedad.
Simples reflexiones a los fines de recordar el nacimiento y pensamiento del autor del “Il Principe”.
Miguel Piedecasas