El 29 de Agosto de cada año, se celebra en la Argentina, el día de la Abogacía en homenaje al natalicio de Juan Bautista Alberdi, prohombre de nuestra Patria y mentor de la Constitución Nacional que nos rige desde 1853.
Este año, la conmemoración se encuentra cruzada por diversos acontecimientos que conmueven a la sociedad argentina y que se vinculan con el sistema de justicia.
Parece caer el mito de que la justicia no era eficaz para juzgar al poder en tiempo real, o sea mientras las personas que lo detentan se encuentran en funciones, dando lugar así a procesos por delitos contra la administración pública (denominados de corrupción), y poniendo de esa manera, a la vista de la comunidad los hechos que dan fundamento a esas investigaciones y juzgamiento.
En paralelo se produce un cambio de paradigma, que está dado por la publicidad (en el buen sentido del término) de los procesos judiciales, de manera tal que la sociedad toda está observando su desarrollo (acusación, defensa, veredicto, sentencia) y efectuando su propio y severo juicio de valor sobre unos de los males estructurales contemporáneos: la corrupción.
El estado argentino ha aprobado la “Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción” (ley 26.097) y también la “Convención Interamericana contra la Corrupción” (ley 24.759); entre otros gestos institucionales tendientes a desterrar este flagelo del ámbito de nuestra sociedad.
La abogacía argentina debe contribuir, en tanto actores principales del sistema de justicia, a que estos postulados que el estado ha refrendado a nivel internacional, se plasmen operativamente en el ámbito interno.
En este sentido debemos propugnar que las personas que ejercen funciones públicas y son investigadas por delitos de corrupción, se sometan a los procesos judiciales haciendo honor al principio de igualdad ante la ley, sin invocar fueros, inmunidades ni privilegios de cualquier naturaleza o índole; y someterse, cómo cualquier persona, a las sentencias que resulten firmes luego de agotarse las instancias recursivas correspondientes.
En este sentido, y honrando a Alberdi y a nuestra Constitución, la abogacía debe estar de pie, unida y sólida en defensa de las instituciones y de los principios básicos de nuestra República, cómo lo es la independencia del Poder Judicial, rechazando cualquier intento deslegitimador o injerencia indebida del Poder Ejecutivo o Legislativo en los procesos judiciales, frente a los intentos manifiestos de arrogarse funciones jurisdiccionales en beneficio propio o de sectores determinados.
Este 29 de agosto, la Abogacía argentina, conmemora su día; hagámoslo bajo el lema de la defensa de las instituciones de la República y la Independencia del Poder Judicial; por el bien de nuestra sociedad y en honra de la Constitución y del gran abogado y jurisconsulto que fue Juan Bautista Alberdi.
Dr. Miguel A. Piedecasas
Ex Presidente del Consejo de la Magistratura de la Nación.